.

LOS ENEMIGOS DEL DIÁLOGO DE PAZ

Estrellas inactivasEstrellas inactivasEstrellas inactivasEstrellas inactivasEstrellas inactivas
 
Diciembre 1 de 1982

 

Intervención del presidente Belisario Betancur en la cena de la paz.

 

Yo quiero ser serenamente, firmemente, democráticamente claro: así como hemos decretado perdón sin arrogancia trazando una línea divisoria de olvido hacia atrás, jamás transaremos con el crimen; y así como a pesar de inmensas dificultades económicas hemos creado condiciones para que quienes se acojan a la amnistía se reincorporen sin problemas a la vida normal, también hemos recordado que la Constitución y el Código Penal siguen vigentes, plenamente vigentes, vigentes ahora, vigentes después para todos los colombianos, sin fuero alguno y estén donde estén, precisamente porque la Amnistía si bien es amplia hacia atrás, no es derogatoria de penas hacia adelante. Esa misma Amnistía dotó de instrumentos a las Fuerzas Armadas y, en ellas la Policía, para que protejan a los ciudadanos en sus vidas, honra y bienes. Y las Fuerzas Armadas seguirán velando permanentemente por el mantenimiento de esa paz, sin dar un paso atrás, para defender el nuevo orden público contra cuantos pretendan perturbarlo. Vamos a desplegar una acción incesante para salvar a nuestros compatriotas del descarado asedio de la delincuencia común, disfrazada o no.

 

No nos dejaremos arrinconar del hampa suelta, agresiva y asesina, que llena de pavor los hogares colombianos. La gente de bien es nuestro aliado. Que ella se ponga en pie para combatir, con el gobierno, la inseguridad y el crimen.

 

El diálogo de la paz iniciado por el Gobierno tiene enemigos interesados, unos desde el anarquismo que todo lo quiere destruir, otros desde el secuestro que financia y asesina, otros desde el deseo de venganza cuando se ve caer a seres queridos en aras de la violencia. Se trata de no doblegarnos ante la desilusión o el revanchismo. Y se trata de comprender que en la garantía de los derechos humanos, está el derecho a la vida, está la condena del secuestro, está el repudio de toda atrocidad.

 

Precisamente por eso, no haremos invitación a perturbaciones ni a persecuciones injustas. Pero con la autoridad que esa conducta nos da, tampoco permitiremos que se intente extender la zozobra con cualquier pretexto supuestamente político o abiertamente criminal.

 

Sé que no necesito reclamar solidaridad de mi pueblo para la nueva tarea, porque ya la tengo. Porque nada me desvía de mi rumbo, sé que lo fundamental es combatir los agentes objetivos de la inseguridad procurando dar a los colombianos pobres las garantías mínimas de empleo, salario justo, vivienda, educación y salud que les abran la vía hacia una vida más digna.

 

Ahí está la clave, no en la represión, ni mucho menos en la violencia promovida por el Estado, que somos los primeros en repudiar, con el apoyo total de las Fuerzas Armadas. Pero la clave para desarrollar esa tarea consiste en tener un Estado y específicamente un gobierno que se haga respetar, que haga valer su calidad de protector de los ciudadanos que cumplen sus deberes y exigen sus derechos.

 

Firme en pulso, firme el espíritu, firme la palabra, firme el gesto, firme el ademán. Hemos firmado un pacto de historia. Y vamos a cumplirlo. Viva Colombia! Viva Colombia! Viva Colombia!

 

BELISARIO BETANCUR

Presidente de Colombia

 

 

 

Fuente: Villarraga Sarmiento, Álvaro, compilador y editor. (2009) Gobierno del Presidente Belisario Betancur 1982-1986. Tregua y cese al fuego bilateral FARC, EPL, M-19, ADO. Tomo 1 - Serie el Proceso de Paz en Colombia. Bogotá, Colombia: Fundación Cultura Democrática, FUCUDE

 

Búsqueda